5.- Los romanos en nuestra provincia

TEMA V

Los Romanos en nuestra Provincia


Si visitas el Museo Provincial de Albacete verás que en él hay unas salas dedicadas a la cultura romana. En ellas podrás contemplar testimonios dejados por los romanos en nuestras tierras hace cientos de años.
Pero a todo esto nos preguntarás quiénes fueron los romanos y por qué vinieron a nuestro país. Seguro que tu curiosidad te llevará a hacernos más preguntas. No te preocupes, a lo largo de esta unidad intentaremos que encuentres las respuestas a los muchos interrogantes que te hagas respecto al mundo de los romanos.



¿Quiénes fueron los romanos?

Un pueblo que habitaba en el centro de la península italiana y cuyos orígenes se sitúan en el s. VII antes de Cristo. Poco a poco, Roma se fue convirtiendo en una población importante debido a su privilegiada situación geográfica en el Mediterráneo.



¿Por qué vinieron los romanos a España?


Parte de nuestra península fue ocupada por los cartagineses, pueblo procedente del norte de Africa. Las luchas entre Roma y Carthago por el dominio del Mediterráneo hicieron que los romanos viniesen a nuestras tierras para luchar contra los cartagineses y, así mismo, para aprovecharse de las riquezas de nuestra península. Ocuparon primeramente el sur peninsular y la franja costera del Mediterráneo.




¿Qué fue la Romanización?


Roma, conforme iba conquistando un territorio, imponía su cultura y costumbres a los habitantes de aquel lugar.
El latín, idioma oficial del Imperio, sirvió de lazo de unión entre todas las tierras romanizadas.

Junto al idioma, el Derecho y las obras públicas fueron otros dos medios importantes de romanización.
Nuestros pueblos pierden sus costumbres y maneras de ser y empieza a introducirse el cristianismo.


El Ejército Romano


Gracias a su poderoso ejército Roma pudo crear un gran Imperio. Sus tropas estaban constituidas por:
- los ciudadanos romanos de 17 a 46 años,
- los efectivos procedentes de los pueblos sometidos o aliados que servían en la marina y en la caballería.



Roma: de la Monarquía al Imperio





La dominación romana en la provincia
¿Sabías que algunos romanos se rodeaban de un montón de comodidades en sus hogares? ¿Ten fas idea de que hace miles de años ya existía la calefacción en las casas romanas? ¿Te gustaría conocer una vivienda romana de nuestra provincia?





Hasta aquí te hemos esbozado unas ideas básicas para que sitúes a Roma en su contexto histórico. Ahora verás la relación que Albacete tuvo con el Imperio Romano.
Las tribus que habitaban el territorio que actualmente ocupa nuestra provincia fueron sometidas a la obediencia de Roma.


Nuestra provincia fue incluida primeramente en el território de la Hispania Citerior, más tarde en la Tarraconensis y por último en la Carthaginensis. En aquella época destacaban en nuestro territorio provincial las ciudades de SALTIGI (Chinchilla), ILUNUM (Hellín).



COLONIA LIBISOSANA FORO AUGUSTANA (Lezuza).




TESTIMONIOS DE LA CULTURA ROMANA EN NUESTRA PROVINCIA



La vivienda




La La vivienda, símbolo externo deposición social

La casa se constituyó en un signo externo de la importancia social y económica del pater familias.





¿Qué es un mosaico?



Una especie de gran cuadro que se hacía en el suelo o en las paredes utilizando piedrecitas de mármol o pasta de vidrio, los cuales se colocaban sobre unos dibujos previamente hechos en cartones.


Las piezas se pegaban sobre una cama de cemento. Los dibujos eran geométricos o con figuras de personas o animales. Los romanos eran muy aficionados a esta técnica y consiguiereon mosaicos de gran belleza como los de Balazote (verlos en el Museo) y los pertenecientes a la "villa" romana de Tarazona.


La cerámica romana



La fabricación de vasijas para la exportación de aceite, miel y vino, o para guardar en casa esos alimentos, era realizada junto a los centros donde se obtenían esos productos. La cerámica más bella para usos domésticos era fabricada en unos pocos sitios.


En la época del s. 1 a. de C. se usaba una cerámica llamada "terra sigillata" que se fabricaba a molde, en serie, era de color rojo y en el fondo solía llevar grabado el nombre del alfarero. Empezó a utilizarse 50 años antes de Cristo hasta aproximadamente el s. V, entre los más variados recuerdos que nos han llegado están las lucernas o lámparas. Estaban decoradas con motivos geométricos, florales, humanos, de animales, etc. En el museo podéis ver diferentes tipos de cerámica romana: ánforas, cuencos, lucernas,...




" ¡Me he encontrado una moneda de los romanos!"




¿Has visto alguna vez una moneda de los romanos? Quizás en tu pueblo, cuando os habéis dedicado a"buscar tesoros", hayas encontrado alguna de esas monedas negras con un rostro en un lado y desgastada por el paso de los siglos.








En una vitrina de nuestro museo se encuentran diversas monedas de la época republicana y del Imperio romano realizadas en cobre




La escultura romana en la provincia

¿Qué harías tú si quisieses dejar un recuerdo de tu persona a las generaciones venideras? Seguramente encargarías una foto para que los familiares que te sucediesen pudieran recordar tu persona tal como es ahora. Eso exactamente hacían los romanos. Bueno no precisamente una foto, sino una escultura de su cabeza o de su cuerpo, o grababan su imagen en monedas (el caso de emperadores, familiares, cónsules, etc.)



Acueductos



Los romanos se preocuparon en dotar a las ciudades de agua, para lo cual construyeron numerosos acueductos, entre los que sobresalen el llamado de los Milagros (Mérida), uno de los tres que proveía de agua a la capital de Ltisitania. Pero,el más espectacular de los acueductos romanos en España es el de Segovia, que data seguramente de los tiempos de Augusto y que es el mejor conservado de todo el mundo romano.
En nuestra provincia también nos dejaron los romanos una muestra de estas obras en el pequeño acueducto de Albatana, municipio situado al este de nuestra provincia.


LAS CALZADAS ROMANAS

La calzada es un camino ancho y empedrado: las calzadas romanas unían Roma con todas las provincias del Imperio. Algunas de ellas pasaban y cruzaban nuestras tierras.











VOCABULARIO

MONARQUIA: Forma de gobierno en que el poder supremo corresponde con carácter vitalicio a un príncipe o monarca.



REPÚBLICA: Sistema de gobierno de la antigua Roma en que el poder lo ejercían dos cónsules elegidos anualmente y una asamblea de patricios, el Senado.



PATRICIOS: Son los miembros del pequeño grupo de poderosas familias de terratenientes que ejercen, en la práctica, el poder.



TRIUNVIRATO: Forma de gobierno de la antigua Roma en que el poder era ejercido por tres personas.


IMPERIO: Sistema de gobierno personal ejercido por los emperadores con el apoyo del ejército.


COLONIA: Nombre con que los romanos designaban a fundaciones de ciudades o, en ocasiones, a reconstrucciones de antiguas ciudades indígenas. Cuando se fundaba una colonia, se llevaba a cabo un rito oficial consistente en señalar el perímetro de la misma mediante un arado uncido a un buey y una vaca. Hecho esto, se distribuía el término de la ciudad en tres partes: una destinada a cultivo, otra a pastos y la tercera a la construcción de edificios oficiales.

PATER FAMILIAS : El que tenía toda la autoridad dentro de la familia. De él dependían la mujer, los descendientes y las mujeres de éstos si continuaban sometidos a la patria potestad, las personas adoptadas, los esclavos, las personas libres vendidas o entregadas por diferentes causas al ' pater':


DOCUMENTOS


TEXTO 5/1


Los elementos ideológicos en la Hispania romana

Según acabamos de exponer, el problema de la romanización hay que considerarlo como un cambio en las estructuras socio-económicas de la Península y no como un fenómeno puramente político o cultural. Sin embargo, hay que tener presente que la romanización supuso también la expansión de los elementos ideológicos romanos que dieron una cohesión y justificación a las nuevas realidades socio-económicas. La adopción del latín como lengua generalizada llevó consigo evidentemente la adquisición de un vehículo conceptual que facilitaba la propagación de dichos elementos ideológicos.




Es indudable que el factor determinante en este sentido fue la ideología de la clase dirigente romana, en todas sus manifestaciones, a veces contradictorias. Además, es imprescindible hacer la observación de que el Estado romano utilizó los elementos ideológicos con el fin de dar una cohesión al Imperio que comprendía dentro de sus fronteras territorios heterogéneos con formas de vida y culturas heterogéneas también. En lo que se refiere a la Península Ibérica, el problema consistiría en constatar cómo se manifestó en ella la ideología dominante del Imperio Romano, hasta qué grado afectó esta ideología ala sociedad peninsular y, dentro de ésta, a qué grupos y en qué forma. Un trabajo de este tipo presenta numerosas dificultades, no sólo por las lagunas existentes en lo que se refiere a la información, sino también porque en este campo no se han hecho hasta ahora más que investigaciones sobre aspectos parciales. Por consiguiente, todo intento de interpretación en este sentido será provisional en la mayor parte de los casos y tendrá lagunas en lo que se refiere a cuestiones fundamentales.


Con la conquista de Hispania se extendió la organización socio-económica y político jurídica romana. Junto a esta organización, que fue el elemento dominante dentro de la sociedad peninsular, se extendieron también las formas ideológicas predominantes en el mundo antiguo grecorromano, que se expresaban por medio de todo tipo de manifestaciones que abarcaban tanto a las artes plásticas y a la literatura como al pensamiento filosófico y religioso. La formación, dentro de la Península Ibérica, de una clase dirigente, identificada con la clase dirigente general del Imperio Romano, con unos intereses que en ciertos grupos de ella se circunscribían al ámbito local, mientras que en otros se extendían a todo el Imperio, hizo que los elementos ideológicos a los que hemos aludido, arraigaran en Hispania y que fueran más importantes, los que afectaban a los grupos con intereses locales, es decir, a las oligarquías municipales.


Las ciudades hispanorromanas estaban trazadas y organizadas conforme a los sistemas urbanísticos predominantes en el mundo romano y que eran una expresión de las categorías ideológicas de la clase dirigente. Encontramos así, en estas ciudades, calles que se cortan en ángulo recto, con pórticos o soportales, conjuntos monumentales formados por templos, edificios para representaciones teatrales y juegos: teatros, anfiteatros, circos, termas, etc.Ha España Alfaguara 1, 273-274


TEXTO 5/2


La explotación de los recursos de la Península
 durante la conquista

Las últimas observaciones llevan a tocar otro punto esencial en relación con la conquista romana: la explotación de los recursos del país. Tanto el Estado como los funcionarios, los comerciantes, etc., se dedicaron a sacar de la Península el mayor número de riquezas posible. Vamos a centrarnos en dos tipos de riqueza fundamentales que la Península podía proporcionar a Roma: los metales, especialmente el oro y la plata, y los esclavos.


Ya desde la guerra contra los cartagineses, los romanos procuraron apoderarse de los centros mineros más importantes. De la explotación de estos centros y de los tributos y exacciones de todo tipo impuestos a la población local entraron en las arcas del erario romano enormes cantidades de metales preciosos. Se ha hecho un cálculo de las cantidades de oro y plata ingresadas en la Hacienda romana entre el año 206 y el 133 a. C., es decir, durante la época de las grandes conquistas. El metal se recogía tanto sin acuñar como acuñado en denarios de tipo romano (bigati) o en denarios que los romanos obligaban a acuñar a los indígenas (argentum oscense). En cuanto a la plata acuñada se tienen menos datos y el modo de evaluación es diferente según se trate de bigati, calculados en piezas, o de argentum oscense, calculado en libras. ..


... Otra fuente de riqueza fueron los esclavos. Por regla general se vendía como esclavos a los habitantes de las ciudades que habían hecho resistencia a los romanos, después de ocuparlas. Las cifras de indígenas esclavizados de esta forma durante las guerras de conquista debieron de alcanzar algunos cientos de miles, contando también con la población esclavizada fuera de las campañas militares. Estos esclavos, vendidos por los cuestores a los mercaderes especializados, iban a parar a los mercados de esclavos existentes en las zonas dominadas por Roma tanto en Hispania como fuera de ella. Muchos quedarían en la propia Península, en los territorios donde el trabajo esclavo estaba más desarrollado: la Bética y Levante; y otros serían vendidos en Italia y en Galia. No se puede hacer una evaluación exacta del número de hombres, mujeres y niños que pasaron a esta condición. Hay, sin embargo, algunos datos sobre la eslavización en masa durante las guerras de conquista.


Durante la guerra contra los cartagineses, Escipión, en su actitud de atraerse a la población indígena, al ocupar las ciudades sólo vendía como esclavos a/os africanos, mientras que dejaba en libertad a los indígenas sin pedir rescate por ellos. La situación normal, sin embargo, era la de vender como esclavos a todos los habitantes. Esto llevó a que en algunas ciudades la población prefiriera suicidarse a rendirse, puesto que esto último suponía la esclavitud, como fue el caso de Astapa (Estepa). Los datos que conservamos sobre la esclavización de los prisioneros no suelen ser muy explícitos; se limitan a señalar las localidades conquistadas y a decir que sus habitantes fueron vendidos como esclavos. Sólo en casos muy aislados se nos dan cifras. Catón en el año 195 c.C. ocupó muchas fortalezas cuyos habitantes fueron esclavizados. Se hace mención en este caso de Berg¡um, la actual Berga. L. Emilio Paulo en el 189, al finalizar la sublevación que había comenzado en las dos provincias en el año 197, se había apoderado de 250 fortalezas en las que había hecho 20.000 prisioneros a los que había vendido. Ventas de prisioneros conocemos también para los años 184 y 182-181. En el año 151 Galba que, con el pretexto de repartir tierras, había logrado reunir a un gran número de lusitanos, mandó exterminar a parte de ellos y a otros los vendió como esclavos. Hay otras noticias que se refieren a/os años siguientes, entre ellas la referente a los 9.500prisioneros vendidos por Serviliano en el 141. También en la toma de Numancia, el año 133, Escipión Emiliano mandó vender como esclavos a los supervivientes. Poseemos otras noticias refentes al s. 1 a. C.: la venta de los habitantes de Colenda por T. Didio; la de los habitantes de Lauro por Sertorio (estos últimos fueron vendidos en Lusitania, lo que prueba la extensión de la esclavitud y de la romanización en este último territorio); la toma de 876 núcleos de población por Pompeyo en su lucha contra Sertorio, cuyos habitantes serían vendidos a los mercaderes de esclavos, y, finalmente, las ventas de los habitantes de las regiones septentrionales durante las Guerras CántabroAtures en la época de Augusto.
Ha España, Alfaguara 1, pg. 291 y ss.




TEXTO 5/3


Comunicaciones


Los romanos, durante su época de dominio en la Península, aprovecharon las rutas de comunicación existentes en el país con anterioridad a la conquista y que remontaban a períodos prehistórricos. La actividad de los romanos, en lo que se refiere a las vías de intercambio, tuvo unas enormes consecuencias para la intensificación de las comunicaciones y el perfeccionamiento de ellas. Las hicieron más aptas para el tráfico, pavimentándolas, es decir, convirtiéndolas en calzadas. Se permitió así la intensificación del tráfico con carretas, cosa que impedía la majoría de las vías de comunicación anteriores, ya que se trataba en general de caminos de herradura. Sin embargo, existían tramos en las vías romanas que nunca fueron pavimentados totalmente.


También los romanos contribuyeron con eficacia a mejorar el tránsito construyendo puentes que salvaban los ríos, incluso los de cauce más ancho, evitando así la utilización de vados y balsas que serían muy frecuentes en la Hispania prerromana. Aseguraron, a su vez, el tránsito por estas vías, al eliminar en lo posible los peligros de golpes de mano llevados a cabo por bandoleros. Además, abrieron nuevas vías de comuniciación. El interés del gobierno central por la facilitad y seguridad del tránsito queda de manifiesto en las construcciones de vías y en las continuas reparaciones que se llevaron a cabo en ellas, de las que figuraba como responsable el emperador, según puede comprobarse por los miliarios procedentes de todas las vías principales, erigidos en los reinados de casi todos los emperadores, sobre todo de los s. l y ll d.C.


El carácter de estas rutas era eminentemente comercial y puede observarse cómo los romanos se preocuparon en comunicar las regiones productoras de materias primas y de mercanías entre sí y con los centros comerciales enlazados, a su vez, con el resto del mundo romano por mar y por las rutas terrestres que se prolongaban fuera de la Península Ibérica. Algunas de las vías romanas, junto a este carácter comercial y de intercambio, que hemos señalado, tenían también un carácter militar. En las zonas donde se hallaba asentado el ejército, las vías servían para una rápida movilización de las tropas, y a lo largo de ellas se establecieron guarniciones militares. Un ejemplo de ello es la vía de Astu rica Augusta a Burdigala (Burdeos), que en la Península se prolongaba por el E., hasta Caesarugusta (Zaragoza). Por ella no sólo se trasladaban las tropas que vigilaban las regiones septentrionales, siempre inseguras, sino que también constituía el eje de un intenso tráfico comercial que unía el valle del Ebro y el SO. de las Galias con el NO. peninsular.


El principal problema que presentaba la Península Ibérica en lo que respecta a las relaciones entre unas regiones y otras, estribaba fundamentalmente en la existencia de la meseta. Era necesario comunicar la meseta con las regiones de la periferia y estas últimas entre sí. De todas formas, las comunicaciones no ofrecían demasiadas dificultades a causa de los pasos naturales existentes en las montañas que rodean la meseta, y de los valles de los ríos que permitían la penentración en el interior. Probablemente las regiones más difíciles de comunicar con el interior eran las de la costa septentrional, porque los pasos naturales de la cordillera Cantábrica eran más difíciles de salvar que los de otras regiones. Sobre los datos expuestos, hay que comprender la red de comunicaciones romanas de la Península, cuyo significado, distribución y organización, a pesar de los condicionamientos geográficos que indudablemente tuvo, fueron muy diferentes de los modernos, ya que los factores históricos de todo tipo, especialmente los económicos y los políticos, ejercieron una influencia determinante en ella.


Durante la República romana se mejorarán las condiciones de tránsito de la antigua vía comercial, la vía Herak lea, que procedente de las Galias llegaba hasta Cartagena y después se dirigía hacia el occidente para alcanzar el valle del Guadalquivir. Otra ruta construida también durante la República fue la que unía a Barci no (Barcelona) con ¡lerda (Lérida) Sin embargo, fue Augusto el que se propuso el establecimiento de una red viaria eficaz que abarcara toda la Península. Charlesworth pone en relación este designio de Augusto con el plan viario que había proyectado Agrippa para las Galias. Parece que el plan de Augusto fue puesto en ejecución en gran parte durante su vida y fue continuado en los reinados de sus sucesores. Charlesworth observa una diferencia esencial entre la red viaria de las Galias y la de Hispania. Mientras que en la región citada en primer lugar existían —cuatro o cinco grandes vías que partían de un punto central'; en Hispania el plan trazado por Augusto consistía fundamentalmente en el establecimiento de —un cinturón de vías" que rodeaban la meseta, y el establecimiento de comunicaciones entre los centros más importantes del interior con la costa oriental. Evidentemente se tuvieron muy en cuenta las relaciones marítimas y terrestres con Italia. En períodos sucesivos se fueron construyendo vías que enlazaban entre sí de manera bastante directa los centros.
Ha España Alfaguara 1, pg. 314. 315




TEXTO 5/4


La familia romana


Al hablar de la sociedad romana hay que referirse necesariamente a la familia romana que era la unidad fundamental sobre la que se basaba la organización social. La familia de tipo romano era bastante diferente, en mucho aspectos, de la familia actual. Estaba unida por intereses económicos, jurídicos e ideológicos. Era un tipo de familia patriarcal en la que el pater familas poseía la autoridad y poder supremo sobre los miembros que la formaban, que no eran sólo el pater familias y su esposa, sino también sus hijos y las esposas de éstos, y los esclavos de los que era dueño. En su origen la posesión de la tierra en la ciudad iba unida ala condición de ciudadanía que tenían los miembros libres de la familia. Los derechos jurídicos de cualquier ciudadano estaban en relación con su pertenencia a una familia y también, por lo tanto, su carrera política dependía del derecho que tuviera tal familia. Aparte de esto, la familia se hallaba unida también por los vínculos de la religión familiar, en la cual tenían que participar necesariamente los esclavos. De esta forma, la religión familiar era un elemento ideológico fundamental de cohesión para la existencia de la familia romana y de la sociedad romana tradicional. Ha España Alfaguara, pg. 371




TEXTO 5/5


La Iglesia como fuerza social


La expansión del Cristianismo en Hispania, lenta y tardía, si la comparamos con otras provincias del Imperio, hizo aparecer comunidades cristanas que fueron teniendo cada vez una mayor entidad y llegaron a convertirse en una fuerza social. El carácter de las primitivas comunidades cristianas de la Península es mal conocido, ya que carecemos de noticias seguras sobre ellas. Es de suponer que, como en el resto del mundo romano, estas comunidades existieran solamente en las ciudades y estuvieran formadas fundamentalmente por esclavos, libertos, comerciantes y artesanos, procedentes, en principio, de las regiones orientales del Mediterráneo y muy relacionados con las comunidades judías.


Por otra parte, el origen africano o, al menos, los vínculos muy estrechos de las Iglesias españolas con la Iglesia africana, principalmente con la de Cartago, han sido demostrados satisfactoriamente. Las primitvas comunidades cristianas adoptaron en su organización, la de los collegia tenuiorum o asociaciones de gente pobre, que tenían fines fundamentalmente de tipo funerario. Era la única forma de que, dentro de la sociedad romana, los cristianos pudieran tener una organización y acceder a la posesión de bienes, en este caso cementerios, sin violar las leyes.


El Cristianismo, como otras religiones de tipo universalista muy difundidas en el Imperio Romano, ejerció una acción desintegradora de la sociedad tradicional romana. Sus efectos se hicieron sentir de manera muy fuerte sobre los fundamentos ideológicos de esta sociedad. Entre otros, pueden citarse como elementos ideológicos desintegradores que aportaba el Cristianismo como otras religiones y corrientes de pensamiento, el no despreciar el trabajo manual y la exaltación de la pobreza. En lo que respecta a la familia romana, la acción del Cristianismo fue también muy importante.


La religión familiar, como dijimos, era un lazo de cohesión ideológico entre los miembros de la familia, tanto libres como esclavos. Las religiones de tipo mistérico y universalista, entre ellas el Cristianismo, al permitir la entrada en su seno de fieles, sin tener en cuenta sus lazos familiares, socavaron las bases ideológicas de la familia tradicional romana, que era la unidad fundamental de la organización social. Pero aún más importante desde el punto de vista político -ideológico, fue la negativa por parte de los cristianos, como comunidad que poseía una fuerza social, a aceptar el culto del emperador. Había aquí un ataque a las bases mísmas de cohesión ideológico po/ítica del lmperío y no es de extrañar que esta fuera una de las razones principales que movieron a las autoridades romanas a la organización de persecuciones sistemáticas en el s. lll.


Se puede afirmar, por lo tanto, que en la Península Ibérica no existieron comunidades cristianas organizadas hasta el s. lll, época de la gran expansión del Cristianismo en el Imperio y que las primeras comunidades cristianas de Hispania se hallaban situadas en aquellas regiones donde se había extendido más profundamente la vida urbana: el valle del Guadalquivir, el valle del Guadiana, el valle del Ebro y la costa del Mediterráneo.
Los cánones del Concilio de Elvira nos permiten constatar la extensión del Cristianismo entre los más diversos grupos de la sociedad hispanorromana y también la fuerza social que habían adquirido las comunidades cristianas, fuerza social que les permitía imponer a sus miembros algunas reglas de vida que podían entrar en contradicción con las prácticas oficiales llevadas a cabo en los municipios, ya que hay que tener en cuenta que este concilio se celebró, a/ parecer, antes de la subida al trono de Constantino. La lectura atenta de estos cánones prueba que habían entrado a formar parte de las comunidades cristianas de las ciudades hispanorromanas miembros de todos los grupos sociales, desde esclavos y prostitutas hasta representantes de las oligarquías municipales. Esta situación creaba conflictos, ya que muchos miembros de las oligarquías municipales podían alcanzar cargos sacerdotales dentro de la religión romana de acuerdo con las magistraturas que dbían de desempeñar, y, si habían sido bautizados o se preparaban para al bautismo como catecúmenos, había que prever los casos en que se vieran obligados a actuar en las ceremonias religiosas paganas y en el culto al emperador. La gran cantidad de normas, muy precisas, que aparecen en estos cánones tienen la pretensión de abarcar todos aquellos casos que podían surgir dentro de las comunidades cristianas de los centros urbanos en un ambiente todavía pagano.


En definitiva, lo que significan para el historiador las normas contenidas en los cánones del Concilio de Elvira, es que la Iglesia se había convertido ya a comienzos del s. /V, en el valle del Ebro, en el S. de la Península„ en la costa oriental y en parte de la meseta, en un elemento fundamental de la ciudad hispanorromana, y que tenía una estabilidad y una fuerza lo suficientemente grandes como para atraerse a miembros de todos los grupos sociales e imponerles unas normas eclesiásticas que debían de esforzarse en cumplir bajo la amenaza de penas de tipo espiritual, en una sociedad aún pagana oficialmente.
Ha España Alfaguara 1, pg. 394



TEXTO 5/6


El sistema educativo de la Hispania romana

En las sociedades llamadas primitivas o tradicionales, el aprendizaje no suele exigir la existencia de instituciones específicas: los padres, los mayores, los personajes influyentes en el clan - adivinos, hechiceros - son a la vez los pedagogos que van instruyendo a los pequeños sobre las creencias y comportamientos sociales, religiosos, etcétera. Análogos procedimientos debieron ser empleados en la mayor parte de las comunidades hispanas después de su sometimiento a Roma.
La propia sociedad romana no creó hasta épocas muy avanzadas un sistema educativo autónomo.


La vida en el interior de la familia donde se practicaba el culto a los antepasados domésticos, la asistencia a juegos y espectáculos, la participación en los actos públicos del culto, etcétera, fueron por mucho tiempo los medios habituales de aprendizaje. Pero esa primitiva y ruda sociedad romana, en contacto con el vecino y culto pueblo etrusco y con los griegos de Italia, comenzó a conceder más valor al aprendizaje sistemático de las formas culturales. Durante los dos últimos siglos de la República, no sólo apareció un literatura latina (teatro de Plauto y de Terencio, escritos agronómicos de Catón, poesía lírica de Catulo... ) que dió sus primeros pasos imitando a la literatura griega o cartaginesa, sino que era habitual que los jóvenes pasaran por los centros culturales griegos (Atenas, Rodas. ..) para aprender la lengua y cultura griegas, conocimientos que poseían casi todos los importantes personajes de la cultura y de la política en Roma: Cicerón, Pompeyo, César, Augusto, Tiberio, Claudio, etcétera.
Ha Cambio 16, T. II p. 124




TEXTO 5/7


Las revueltas campesinas en la Hispania romana


La crisis de la sociedad romana en sus aspectos económicos, sociales y políticos tuvo su punto culminante e el s. III d.C. Sin embargo, ya algunos años antes de que esta crisis apareciera con toda su virulencia, pueden observarse síntomas de ella. En resumen, la crisis surgió porque fallaron las bases sobre las que estaba asentada la vida urbana antigua, forma típica y predominante de organización durante el Alto Imperio. En esta cris; como hemos indicado ya en capítulos anteriores, jugaron un papel fundamental la formación de latifundios fuera del territorio de las ciudades, el aumento del trabajo de los colonos en la agricultura, que iba desplazando al de los esclavos, y la devaluación e inflación de la moneda. La crisis se exteriorizó en lo político, además de por las guerras civiles, también por medio de sublevaciones de campesinos, que tanto podían ser libres como esclavos. Es decir, que hubo un cambio en la correlacion de las tuerzas sociales, exteriorizado en dichas sublevaciones. Aquí vamos a detenernos en las revueltas campesinas que tuvieron lugar en la Península Ibérica y que debilitaron el poder político romano en ella.


Ya en los momentos en que comenzaron a aparecer los primeros síntomas de la crisis, es decir, a finales del s. II, durante el reinado del último emperador de la dinastía de los Antoninos, Cómodos, hubo en el occidente de Europa una sublevación dirigida por un ex-soldado llamado Materno. La sublevación que duró varios años, encontró apoyo en la población de Italia, de las Galias y de Hispania. Esta es la primera noticia de una revuelta de este tipo referente a la Península Ibérica durante la época romana. El que la rebelión tuviera una actividad bastante importante en Hispania, según las fuentes historiográficas antiguas, indica que la crisis que más tarde agitaría a todo el Imperio, se comenzaba ya a dejar sentir en la Península, como en otras provincias.


La extensión creciente de las grandes propiedades territoriales, en la Península, tanto privada como imperiales, haría que el malestar entre la población campesina fuera aumentando y se llegara a finales del s. III y el s. V d.C. a sublevaciones de importancia, que obligaron al poder central romano a enviar ejércitos para someter estas revueltas. La situación de malestar entre el campesinado se debía principalmente a la conversión de los pequeños propietarios en colonos y a las mayores cargas fiscales que repercutían en última instancia sobre los campesinos. Estos motivos dieron origen a una serie de movimientos de tipo campesino en todo el Imperio y especialmente en las regiones menos romanizadas. A veces este descontento se expresaba de una manera ideológica por medio de herejías religiosas de tipo social, como el donatismo, pero otras veces se convertía en un movimiento armado sin que tuviera apoyo en ningún tipo de religiosidad. En algún caso, como en el N. de Africa, se unieron estos dos elementos en los campesinos sublevados llamados circumcelliones que formaban al mismo tiempo bandas armadas y grupos religiosos disidentes del Cristianismo oficial, integrados en el donatismo. Las revueltas se dirigían tanto contra los grandes propietarios como contra el Estado romano que defendía con sus ejércitos los intereses de estos últimos. En la Península Ibérica y en las Galias sobre todo, estas revueltas campesinas fueron muy frecuentes a fines del Imperio Romano y coincidieron con la entrada de los bárbaros.
Las revueltas de campesinos en la Península Ibérica se dieron, por las noticias que tenemos de ellas, especialmente en el s. V y sobre todo en la Tarraconense, provincia ésta donde no se habían asentado los bárbaros y que dependía de Roma. Los bagaudas de Hispania llegaron a formar ejércitos que se opusieron con éxito a las tropas imperiales. Hidacio, contemporáneo de estos hechos, nos lo narra en su Cronica.
En el año 441 el emperador Valentiniano IIIl tuvo que enviar a la Península a un general en jefe del ejército romano (magister utriusque militiae); de nombre Asturio, para enfrentarse con una sublevación de campesinos en la provincia Tarraconense. Según Hidacio, Asturio llegó a exterminar a un gran número de bagaudas. Pero la victoria romana no debió de ser tan importante, puesto que dos años más tarde, en el 443, el mismo emperador tuvo que volver a enviar a otro general en jefe del ejército, Merobaudes, para que reprimiera a los campesinos sublevados de la misma provincia. No conocemos la región geográfica donde se desarrolló la revuelta del año 441, pero sí sabemos que en el año 443 uno de los focos principales de los sublevados se hallaba en el alto valle del Ebro, en Aracelli, no lejos de Pamplona, en el país de los vascones.
Las repetidas intervenciones romanas no reprimieron las revueltas y el descontento campesino volvió a producir otra sublevación seis años más tarde, en el 449. En este año los bagaudas se movieron en un área bastante grande del valle del Ebro y estuvieron dirigidos por un jefe de nombre Basilio. Los bagaudas de Basilio atacaron Tarazona donde dieron muerte al obispo de la ciudad y a unos federados, bárbaros al servicio de Roma. Después se unieron a Requiario, rey de los suevos y devastaron la región de Zaragoza, para más tarde tomar y saquear Lérida.
Algunos años después, en el 454, los romanos tuvieron que volver a enfrentarse con los campesinos sublevados de la Tarraconense y enviaron a luchar contra ellos tropas visigodas al mando de Federico, hermano del rey godo Teodorico, federado de los romanos. A partir de estos momentos las fuentes no nos hablan de más sublevaciones en la Tarraconense.
Historia de España Alfaguara I, 434-435



Los romanos no fueron originales en la forma de hacer esculturas. Toda su técnica la copiaron de los griegos.
En nuestra provincia se han encontrado restos de un sarcófago romano con esculturas en relieve (Ontur), la escultura de la cabeza de Agripina, mujer del emperador Claudio, en Lezuza, un sarcófago paleocristiano (actualmente en el Museo Arqueológico Nacional. Madrid) en Hellín. La reproducción de este último y los otros restos nombrados se pueden ver en el museo provincial.
Las oligarquias gastaban grandes fortunas en construir y mantener lujosas mansiones dotadas de pórticos, de amplias estancias, de jardines y embellecidas con mosaicos y pinturas parietales.
Las casas de ciudades tenían por lo general uno o dos pisos, con un patio rodeado por columnas (atrio) y habitaciones alrededor.
A partir del s.III la situación en las ciudades es de inseguridad y esto hace que los terratenientes construyan sus propias casas de campo (villas) con habitaciones de lujo y viviendas más modestas para la servidumbre.
Junto a la carretera de Jaén, a unos 28 kilómetros de Albacete-capital, fue localizada una casa de campo romana ("villa—). Poseía termas (baños de agua caliente y fría) con piscinas, mosaicos y calefacción (Hipocaustum). ¡Menudo lujo! ¿eh?
Preguntarás que cómo era la calefacción. Te lo explicaremos: debajo del suelo de las habitaciones había una especie de túneles de baja altura por donde circulaba el aire caliente que procedía de un fuego (actualmente existen en muchos pueblos de la Mancha casas con ese sistema de calefacción, que aquí denominan "glorias").
Pero no solo tenía esos refinamientos sino que también disponía de varios mosaicos en sus habitaciones.



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- Desarrollo del arte etrusco

República (509-27 a. de C.)

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- Ley de las XII tablas (450)
- Guerras Púnicas (264-146)
- Conquista de Hispania (218)
- Conquista del Mediterráneo oriental (197-31)
- Guerras civiles (133-44)
- Triunviratos (60-36)

Imperio (27 a, de C. a 476 d. C.)

- Octavio Augusto (27 a.C.-14. d.C.)
- Florecimiento cultural
- Anarquía militar (235-305)
- Reforma Diocleciano
- Invasiones bárbaras y caida del Imperio (476)


ACTIVIDADES

1º. Consulta un texto de historia y haces un resumen: "Los orígenes de Roma"
2º. Consulta un texto de historia y haces un resumen: "Las guerras púnicas"
3º. ¿De qué medios se sirvió el Imperio Romano para llevar a cabo la romanización de los lugares que conquistaba ?


4º. Haces una linea del tiempo desde el 197 a C. al 29 a C. y colocas cronologicamente estos lugares: Emporión, Carthago Nova, Corduba, Toletum, Numantia, Galaicos, Cántabros y Segontia.

5º. Reproduce este mapa, colorea cada provincia romana y el "conventus" al que pertenecía la de Albacete de color verde.



6º.Te proponemos una actividad pata Trabajos Manuales: Haces un dibujo geométrico sobre un cartón o cartulina blanca y sobre él pega trocitos de cristal o de azulejos. Cuando lo tengas pegado, lo colocas sobre  una madera para que no se doble.

7º. ¿Cómo estaba realizada la cerámica "terra sigillata" y para qué finalidad se usaban las cerámicas romanas?
8º. Busca el significado de sarcófago y paleocristiano.
9º. Haces un trabajo resumen, de este tema, tocando estos puntos: ¿Quienes fueron los romanos? , ¿Por qué vinieron a España?, ¿Qué fue la romanización? y La dominación romana en la provincia de Albacete. 



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